De príncipes y princesas
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Monaco
03 de Julio 2016
El segundo estado más pequeño del planeta brilla como ninguno entre el glamour de sus yates y la historia de su Principado.
Monaco
Sobre la margen del mar mediterráneo y enclavado en un profundo acantilado, llegamos al Principado de Mónaco.
Por los altos costos de su alojamiento, en esta oportunidad visitamos este destino haciendo base en Niza, que a tan solo 20 minutos de tren, con muchas frecuencias al día, te permiten llegar al corazón de Mónaco y recorrerla toda. Para ahorrarte unos euros, sácate un pasaje de ida y vuelta por 6 euros.
Si bien las subidas y bajadas son intensas, por estar sobre un acantilado, si organizas tu caminata y vas identificando los elevadores públicos, no te veras inmerso en grandes esfuerzos.
Mónaco en un día? Si. Te aseguramos que lo podes hacer perfectamente y te sobrará tiempo para que disfrutes de unas caminatas en sus lujosas y glamurosas avenidas.
Arranca temprano en la mañana, hace una visita por el Castillo de los príncipes, déjale tus saludos a Carolina, y espera a las 11.55am para el cambio de guardia (actividad gratuita) Alístate 15 minutos antes para llevarte la mejor visión. Desde aquí tendras una excelente visión de la bahía.
Palacio de los Príncipes de Mónaco
Mientras descendes pasaras por la catedral de la ciudad y si tu interés es conocer la vida marina de nuestro planeta no dejes de visitar el museo oceanográfico.
Al llegar a la bahía principal te vas a encontrar y caminar por calles que son las pistas de la famosa y única competición de Formula 1, sentite Schumacher y Fangio.
Si te sobran 10 euros de tu presupuesto podes ingresar a la sala europea del casino y jugar sin sacar fotos, pero quédate tranquilo que si no los tenés el dinero, hace como nosotros, ingresamos hasta el hall de entrada.
Tip de viaje: el casino tiene vigente códigos de vestimenta que no podes obviar de lo contrario no te permitirán el ingreso: no ingresar con ojotas o zapatos similares, se prohíbe el ingreso a toda persona con el torso desnudo así como los hombros descubiertos.